Desde muy joven manifestó una viva afición por «las manipulaciones de física», y en el desván de su casa organizó un pequeño laboratorio, con pilas, timbres, un manipulador Morse, una bobina de Ruhmkorff y otros aparatos de moda. Y sus pasatiempos, en su temprana infancia, tenían que ver con la construcción de aparatos que luego conectaba a la corriente eléctrica.
Su madre, que siempre lo alentaba, le proporciona la posibilidad de recibirclases de física y química, y en el somero examen que Vicente Rosa, su primer profesor, le realiza, se hicieron evidentes sus capacidades, increíbles para un joven de tan sólo ocho años.
Deja una respuesta